Dra. Ma. de la Luz Casas Martínez
Doctora en Ciencias de la Salud. Área Bioética
Desde hace ya tres décadas, se ha gestado una corriente de pensamiento que ha impactado en la sociedad y especialmente en la política mundial. Los grupos que realizan esta propuesta manejan dos conceptos relacionados con la mujer:
1. Género y
2. Condición biológica femenina.
Para comprender la repercusión de esta desvinculación de términos, analizaré primero la idea de feminidad, para de ahí partir al concepto actual de género en la visión sociológica que se maneja actualmente en la política global.
Considerando la complementariedad humana, parte de las descripciones se realizarán en función de ambos sexos, pues la comprensión de estas semejanzas y diferencias son importantes para la integración adecuada del tema.
LA CONDICIÓN FEMENINA.
Desde el punto de vista teórico en la condición femenina se presentan tres referencias: a) El sexo, considerado como base bio-genital.
b) La vivencia del proyecto de vida como mujer; y
c) La referencia de la ideologización, que al tomar en cuenta las dos referencias anteriores se proyecta mediante la configuración ideológica y simbólica de lo femenino.
Devor y Giddens, en los años noventas estudian la condición femenina, y señalan varios puntos reflexivos de interés:
Se asume que todos los individuos son machos o hembras, hombres o mujeres, masculinos o femeninos, sin gradaciones intermedias.
Las características físicas, formas de expresión conductual y rasgos de personalidad se interpretan como masculinos o femeninos de acuerdo con el esquema de género dominante.
Las señales indicadoras respecto a el género se evalúan y pesan dentro de los límites de los patrones permisibles de condición de género.
Los individuos vigilan su propia apariencia y conducta de acuerdo con su identidad de género naturalmente dada.
Es así que para este autor, existe una condición previa a la asignación genérica, que es la condición biológica. La conducta esperada se obtiene a través de patrones culturales. La conducta se autoafirma a través de una retroalimentación entre el sujeto y la sociedad.
Para Richard Green, la identidad sexual o de género contribuye a:
a) El sentido de ser hombre o mujer
b) El comportamiento del individuo que culturalmente se asocia con la masculinidad y feminidad.c) Las preferencias del individuo para hacer parejas con hombres y mujeres.
El autor abunda en el tema y señala en primer lugar la formación de identidad genérica, la identificación genérica en sus roles específicos y por último, pero no por ello, de menor importancia, la atracción sexual heterosexual.
Es así que el inicio de la condición femenina se realiza a través de la cascada de desarrollo psicosexual, que se inicia con las etapas biológicas, las cuales culminan en la integración de las características de mujer-hembra y se engarzan con el desarrollo posterior de formación de identidad sexual.
DESARROLLO BIOLÓGICO SEXUAL.
La forma natural de conservación de las especies es la reproducción, en el caso humano esta se realiza por reproducción sexual, para lo cual existen dos sexos complementarios, femenino y masculino, la reproducción sexuada permite un mayor grado de complejidad en el proceso evolutivo, asegurando una mayor variabilidad genética y por ello una mejor adaptación al medio ambiente.
La sexualidad humana son las características presentes que diferencian a un ser sexuado como masculino o femenino desde la concepción hasta la muerte.
El sexo del nuevo ser esta determinado en la especie humana por el hombre. El óvulo y el espermatozoide contienen la mitad del número de cromosomas de la especie, y complementándose vuelven a juntar el número completo que en la especie humana es de 46, por tanto las células sexuales solo contienen 23 cromosomas, 22 somáticos (para todo el cuerpo) y 1 sexual, en la mujer todos son de tipo “X”, en el hombre existen dos tipos de espermatozoides “X” y “Y”.
La combinación “XY” dará como resultado un ser del sexo masculino, la combinación “XX” generará a un nuevo ser humano femenino. Desde la concepción todo ser será sexuado y cada una de sus células conservarán esta característica genética hasta su muerte.
La carga genética de cromosomas sexuales, evidenciados según el sexo por XX en el caso femenino y XY en el masculino, desencadena un complejo proceso que implica una diferenciación progresiva de las gónadas, órganos genitales internos, externos y de los caracteres sexuales secundarios, lo que llevará en forma directa a la asignación de sexo y al desarrollo del sexo psicológico indispensable para un armónico desenvolvimiento sexual del individuo en la sociedad.
Aunque la cascada del desarrollo bio-psico-sexual es complicada, en la mayoría de los sujetos se resuelve en forma satisfactoria, para su comprensión mencionaremos los pasos elementales de la diferenciación sexual humana.
Esta cascada de eventos se estudia a través de dos ejes, y constituyen el llamado Dimorfismo Sexual , por el cual se realiza la diferenciación hombre-masculino, mujer-femenino. El primer eje es el de diferenciación primaria, que incluye aspectos cromosómicos, genéticos y gonadales y el segundo es la diferenciación secundaria, que abarca los aspectos hormonales, nervioso, genital y de asignación de género.
A) Sexo cromosómico:
La evidencia genética de la conformación 46-XX en la mujer y 46-XY en el hombre es la base para la posterior diferenciación sexual, esta configuración se encuentra establecida desde la unión del óvulo y espermatozoide en el embrión unicelular, y acompañará a la persona desde el primer día de su vida biológica hasta su muerte.
Las alteraciones genéticas podrán eventualmente desencadenar procesos patológicos en la diferenciación sexual, que de ninguna forma invalidan el concepto de existencia de solo dos sexos normal y naturalmente establecidos, ya que lo importante de la presencia cromosómica no es exactamente su número, sino su contenido génico lo que asegura la diferenciación sexual.
La diferenciación femenina es pasiva en el embrión, por poseer siempre dos cromosomas “X”, pero gracias a la participación del “Y”, los embriones masculinos se virilizarán, formando así un varón.
B) Sexo genético:
Aparece desde el momento mismo de la fecundación. Se encuentra determinado por antígenos y genes codificadores de proteínas específicas sus factores más importantes son:
TDF: Brazo corto de cromosoma Y. Responsable del mecanismo inicial de la diferenciación testicular.
Zona Fy y Fx: Proteínas que codifican para que la diferenciación sexual se lleve hacia uno u otro sexo.
Sry: Descubierto en 1990. Se localiza en región eucromatérica distal del brazo corto del cromosoma Y. Es el gen más importante de la diferenciación sexual masculina.
DSS: Gen importante en diferenciación sexual, ubicado en brazo corto de cromosoma X
SF1: Se manifiesta tempranamente después de la fecundación, implantándose en gónadas, suprarrenal e hipotálamo.
DAX-1: Ubicado en cromosoma X.
TDA. Y XXT1: 11p13. Gen represor de Tumor de Wilms.
C) Factor genético:
Posterior a la fertilización, y con las características cromosómicas normales, se ponen en juego los mecanismos de diferenciación. Si existe el cromosoma “Y” se da la diferenciación masculina, ya que en su brazo corto posee una secuencia de proteínas denominadas SRY (región determinante sexual en el “Y que modifica la gónada primitiva indiferenciada en masculina.
En la mujer será necesario inactivar uno de los cromosomas “X”, y ello ocurre en edades tan tempranas del embrión como es el día 6º a 8º de la gestación. El mecanismo de diferenciación cada vez se complica más, ya que se sabe que existen varias desactivaciones, en la primera generalmente se inactiva el “X” paterno, pero en estadio embrionario posterior, la inactivación del cromosoma “X” materno o paterno se realiza al azar.
La diferenciación sexual hormonodependiente en el varón se pone en marcha por la producción y actuación de tres hormonas segregadas por el testículo fetal: la testosterona, la hormona antimülleriana y la Ins.L-3, producida por las células de Leydig, implicada en la migración testicular.
En la diferenciación sexual femenina existe una triple ausencia de producción: de testosterona, de hormona antimülleriana y de Ins.L-3, que mantiene los ovarios en el abdomen . El gen Wnt-4, presente en el ovario fetal, inhibe la producción de testosterona.
Existen además varios genes implicados en la evolución de la gónada indiferenciada:SF1 (Factor esteroidogénico)
WT-1 (supresor del tumor de Wilms)
Lim-1 (un gen homeobox)
SRY (el gen clave en la determinación testicular)
D) Factor gonadal:
Después del sexo genético y hacia la 7 semana comienza la diferenciación gonadal, la cual es de forma activa en XY y pasiva en XX. La existencia de la diferente carga genética del sexo cromosómico iniciará la diferenciación de la gónada primaria, que en las primeras seis semanas de desarrollo fetal se encuentra indiferenciada, el cromosoma Y, bajo la influencia del gen SRY presente en el varón realizará en la semana 7ª la diferenciación de esta gónada a testículo el cual a su vez ejercerá dos funciones fundamentales: el desarrollo de los conductos mesonéfricos o de Wolff, acción mediada por la producción de testosterona propia de esta glándula, y por otra parte, la inhibición de los cuerpos de Müller, mediada por las células de Sertoli, también testiculares.
E) Factor hormonal:
A partir de la novena semana de gestación, la testosterona producida por el testículo, induce el desarrollo de las estructuras masculinas, como son el conducto deferente, epidídimo, vesículas seminales y de los genitales externos, los cuales en un inicio son semejantes, pero que por las hormonas masculinas se diferencian, caracterizando los genitales externos como propiamente masculinos.
En la mujer el ovario produce estrógenos, encargados de estimular la formación de útero, trompas, vagina y genitales externos.
La ausencia de cromosoma masculino y la dotación de sexo genético XX, induce a la gónada indiferenciada a transformarse en ovario, las estructuras se desarrollan libremente de la base orgánica inicial, ya que para ello no es necesario una hormona de inhibición como sucede en el caso masculino. Los conductos de Müller, originan así las trompas, útero y tercio superior de la vagina: Al no existir tampoco estímulo para los conductos de Wolff, estos involucionan.
Los genitales externos tampoco reciben influencia androgénica, dando así lugar a la formación de caracteres genitales externos femeninos
F) Factor placentario:
La placenta no solamente sirve para nutrir al feto, sino que es un órgano productor de hormonas, “estrógenos, progesterona, gonadotrofina coriónica, lactógeno placentario, factores de crecimiento, entre otras” , La gonadotrofina coriónica estimula el desarrollo de los testículos fetales. Para la semana 7 de embarazo, se puede diferenciar por sus caracteres sexuales secundarios, los embriones femeninos de los masculinos.
G) Sexo fenotípico:
Una vez que se ha diferenciado la gónada (testículo), se suceden cambios en estructuras genitales que hasta ese momento parecían semejantes morfológicamente, ese cambio se produce hasta la 7 semana, los cambios se aprecian en el conducto de Wolf y Muller en el seno urogenital. En el hombre, por efecto de la testosterona, se desarrolla de forma activa el conducto de Wolf, produciéndose a la vez a nivel testicular, hormona antimulleriana que hace que se presente regresión de conducto de Muller. En ausencia de testosterona, en la hembra, habrá desarrollo en forma pasiva de conducto de Muller, e involución del de Wolf, de esta forma se diferencian los genitales femeninos de los masculinos.
Dimorfismo cerebral:
Existen regiones sexualmente dimórficas del cerebro . La mayoría de las regiones sexualmente dimórficas del cerebro pertenecen al sistema límbico. Incluyen: el área preóptica, el núcleo ventromedial, el núcleo supraquiasmático (todos éstos son subdivisionesdel hipotálamo), la amígdala, y la stria terminalis. Estas regiones se encuentran relacionadas funcionalmente con emociones, funciones hormonales, áreas de comportamiento sexual. Las diferencias en estos núcleos podrían explicar características diversas entre hombres y mujeres en la percepción de realidades ligadas a la sexualidad, simbolismo y emociones.
También se han encontrado diferencias anatómicas en el cuerpo calloso. Esta estructura se relaciona con la memoria a largo plazo. Quizás la combinación de estas dos funciones, memoria y emociones expliquen por qué las mujeres recordamos fechas especiales por largo tiempo en forma vivida, siendo que los hombres se muestran más refractarios a tener esta conducta.
El dimorfismo sexual en condición base para que después del nacimiento se desarrolle la otra parte de la cascada sexual, el área psicológica.
DESARROLLO PSICOSEXUAL. IDENTIDAD SEXUAL
Bajo la base biológica, normalmente se desarrollan conductas y percepciones propias de la identificación del sexo hembra, con la feminidad y del macho, con la masculinidad.
A la percepción psicológica del sexo y su expresión social se le denomina identidad sexual.
La identidad sexual se refiere a un sistema de representaciones que proporcionan a los humanos un marco de referencia en cuanto a su pertenencia a un sexo determinado. Se construye a lo largo de la vida a través de comparaciones que establecen similitudes y diferencias entre los otros grupos. La sexualidad es la columna vertebral de la identidad.
El postcontructivismo señala la importancia de la educación postnatal en la formación de la autoimágen/conducta social de la conducta de género.
Broverman y cols . En 1972 definieron algunos parámetros de estereotipos de género
.a)Masculino: Tendencia al pragmatismo y la competencia
b) Para el femenino, tendencia a la expresión y la manifestación afectiva
Maccoby y Jackin , en estudio longitudinal señalan cuatro áreas de diferencia femenino-masculina:
Hombres superioridad en matemáticas, con mejor percepción de áreas espaciales,
tendientes a la agresividad
Mujeres, con mayor habilidad verbal.
A través del tiempo estas diferencias se han plasmado en varias pruebas psicométricas, y a la fecha existe un gran arsenal de ellas como:
Las pruebas de actitudes e intereses de Terman y Miles
Interés vocaciones de Strong
Escala de masculinidad feminidad de Minnesota (MMPI)
Inventario de roles sexuales de Bem( 1974)
Cuestionario de atributos personales de Spence Helmreich y Stapp(1974)
Inventario de masculinidad-feminidad de Lara (1993)
Por tanto, la asignación de género se realiza a partir de una evidente diferencia sexual biológica que después se transforma en una diferencia de comportamiento.
Varias teorías tratan de explicar el por qué del desarrollo psicosexual, entre ellos tenemos el modelo cognoscitivo de Jean Piaget, y la cognitivo-evolutivo de Kholbeg .
Para Piaget el desarrollo de los conceptos y actitudes sexuales , son secuencias de procesos cualitativos de las estructuras cognoscitivas del niño, a los que siguen la estructuración de patrones universales, el papel del niño en este proceso es activo y no solamente la captación de procesos culturales.
La teoría de Kholberg, basada en Piaget agrega: cinco puntos básicos que a continuación resumiremos:
Formación de la identidad sexual o de género: El reconocimiento de uno mismo como perteneciente al sexo masculino o femenino se realiza en edades muy tempranas del desarrollo entre el año y medio y los dos años. No solamente basta con el reconocimiento, sino que es necesaria la convicción de que esta condición no cambiará lo cual es denominado constancia de identidad de género lo cual se produce aproximadamente entre los 6 y 7 años de edad. El niño manifiesta identidad de género diciendo “soy niña” o “soy niño” en concordancia a su sexo biológico. También reconoce en los demás la pertenencia a un sexo: “Paco es niño”, a los 6-7 años el niño comprenderá que el sexo no cambiará.
Es interesante señalar que la clasificación inicial por géneros que realiza el niño no incluye la observación genital, sino mas bien, el tipo de peinado, el de vestido etc. Es más adelante en edad cuando la diferenciación se realiza en relación al sexo genital, pero quienes si educan al niño de acuerdo a su sexo genital son los adultos. Ello explica en parte algunas alteraciones tempranas del desarrollo psicosexual que se manifiestan en edades posteriores. En las edades de 4-5 años los niños comprenden que hay diferencias entre los papeles asignados a cada sexo conceptualizando la masculinidad y feminidad.
Los valores que el niño asigna a cada sexo son juicios de valor que el niño realiza y que tienen que ver con los aportados por la sociedad. El niño aprende a considerar la conducta apropiada de su sexo como parte de un orden social y moral, censurando a los niños que se desvían de ella. Posteriormente a este proceso se le denomina formación de roles, papeles sociales del sexo o proceso de identificación sexual.
El niño requiere identificación adecuada para asignarse el papel que le corresponde y principalmente en ello intervienen los padres. La identificación de género corresponde así a un paso posterior a la identidad de género. Tal concepción de papeles sociales corresponde al aprendizaje directo que el niño hace sobre el adulto de su sexo (generalmente el padre), y lo que aprende variará en cada caso, es por ello que el niño puede aprender la “actitud machista” y la adecuada, dependiendo de su núcleo de origen, también la niña podrá ser adecuadamente formada en la autoestima de su género, o ser enseñada en la infravaloración de su sexo.
La forma natural de conservación de las especies es la reproducción, en el caso humano esta se realiza por reproducción sexual, para lo cual existen dos sexos complementarios, femenino y masculino. En el ser humano la sexualidad es más que su representación biológica, pero, ligada a ella en funciones y en representación simbólica.
Solamente en la medida en que la genitalidad y la expresión sexual sean asumidas en la totalidad de la persona, operativa y culturalmente, es como puede hacerse visible el significado "humano" de la sexualidad, es decir, el ejercicio sexual con una intención humana.
La sexualidad es un proceso que abarca desde el nacimiento hasta la muerte de todo individuo, involucra sentimientos, actitudes, pensamientos, comportamientos, aspectos físicos, procesos fisiológicos, sistema de valores. La sexualidad es la forma integral de los géneros femenino y masculino, que por ser complementarios posibilitan la procreación y el goce del enamoramiento y el amor
Se actúa siempre en forma sexual, como hombre o como mujer, se actúa genitalmente a veces; se sigue siendo ser sexuado pleno, aunque no se ejerza la posibilidad de genitalización.
La sexualidad humana por tanto es la realización integral de cada ser humano en el ejercicio de su masculinidad o feminidad personal.
DESARROLLO DE LA IDEA DE GÉNERO COMO CONCEPCIÓN SOCIOPOLÍTICA.
La IV Conferencia Mundial sobre la Mujer en China en 1995 convocada por la ONU, significó el inicio de un cambio ideológico en la sociedad contemporánea, pues dio origen al llamado actualmente “enfoque de género”.
El enfoque de género parte de tres premisas fundamentales:
1ª. La diferencia biológica entre hombres y mujeres ha sido utilizada para fundamentar diferencias socioeconómicas que ocasionan desigualdad, esta desigualdad se funda biológicamente en la capacidad reproductiva de la mujer, que la hace vulnerable frente al hombre, originando una situación de poder, que deberá ser combatida a través de la búsqueda de la igualdad genérica, mediante las lucha social y política.
2ª. La causa principal de esta desigualdad es jerárquica y esta basada en la supuesta supremacía de los hombres sobre las mujeres.
3ª. Las diferencias entre hombres y mujeres responden solamente a una estructura cultural, social y psicológica independiente de las condiciones biológicas.
Existen varios antecedentes de este movimiento, pudiendo señalar los siguientes:
Como propuesta socioeconómica, Federico Engels en 1881 parte de la necesidad de emancipar a la mujer de la vida familiar, para integrarla a la fuerza de trabajo. Así lo propone en su libro, El origen de la familia, la propiedad y el estado:
“el primer antagonismo de clases de la historia coincide con el desarrollo del antagonismo entre hombre y mujer unidos en matrimonio monógamo, y la primera opresión de una clase por otra, con la del sexo femenino por el masculino”.
Años después Simone de Beauvoir , considerada actualmente una líder femenina en su libro, El segundo sexo apunta:
“no se nace mujer; se hace. Ningún destino biológico, psíquico, económico, define la figura que reviste dentro de la sociedad la hembra humana; es el conjunto de la sociedad el que elabora ese producto intermedio entre el macho y el castrado que es calificado como femenino, solo la mediación del otro puede construir a un individuo como otro. Hay que rechazar la sexualidad como naturaleza. Hay que superar esa institucionalización del amor que vincula a la mujer con el sexo, la maternidad, el hogar. Es menester que haya parejas libres, madres libres, libertad económica para la mujer… el encuentro de los sexos en un nivel de igualdad plena será únicamente el encuentro de dos libertades”.
La idea es apoyada también en un libro clásico feminista, The dialectic of sex de Shulamith Firestone en los años 1970
“Se requiere que la clase subyugada se alce en revolución y se apodere del control de la reproducción; se restaure la propiedad sobre su propio cuerpo, como también el control femenino sobre la fertilidad, incluyendo las nuevas tecnologías la meta no solo es el privilegio económico...sino de la distinción de sexos misma: las diferencias genitales entre los seres humanos ya no importarán culturalmente”.
En la actualidad, Judith Butler, directora de Gay and Lesbian Human Rights Commission da una definición del término:
“El género es una construcción cultural, por consiguiente no es ni resultado casual del sexo ni tan aparentemente fijo como el sexo… al teorizar que el género es una construcción radicalmente independiente del sexo, el género mismo viene a ser un artificio libre de ataduras; en consecuencia hombre y masculino podrían significar tanto un cuerpo femenino como uno masculino; mujer y femenino, tanto un cuerpo masculino como uno femenino”.
Siguiendo esta línea de pensamiento se ha gestado en la actualidad una ideología de género, una ética que trata de reivindicar la libertad de la mujer del matriarcado. Entre los nombres propios de esta corriente destacan los de autoras como Mary Daly, Shulamith Firestone, Françoise D´Eaubonne, Donna Haraway entre otras, en cuyo pensamiento podemos localizar un hilo conductor que apunta hacia la superación del androcentrismo social. Ya que la diferencia de poder, se realiza en base a la biología, y ésta se fundamente esencialmente en la capacidad de embarazo de la mujer, la lucha se ha centrado en romper las ataduras biológico/reproductivas que impiden, según esta propuesta, a la mujer lograr la igualdad con el varón.
Esta línea es heredera de una tradición de pensamiento que tendría como mérito más destacable la crítica e intento de superación del paternalismo, llevando a cabo una clara defensa a favor del principio de autonomía. En la práctica, esta teoría ha conducido a la radicalización de la diferencia, que a veces llega hasta el extremo de la polaridad femenina, manifestándose en el llamado “poder de decisión sobre su cuerpo” Así, por un lado, se halla el derecho de no procrear, a través de tecnologías para controlar la natalidad y el derecho al aborto y por otro, el derecho a la contracepción y la esterilización voluntaria. La tecnología deberá ser precisamente, para apoyar la voluntad de la mujer a ejercer las mismas posibilidades reproductivas del varón.
Es así que, se solicita el reconocimiento del derecho a reproducirse en sin intervención del hombre, a prescindir de la heterosexualidad. Comienza a hablarse de un posible derecho a la clonación o a la autofecundación de la mujer, que podría reproducirse a sí misma sin tener la necesidad de donación heteróloga del gameto masculino.
Bajo los mismos criterios surgen teorías que abogan por un derecho asexuado, o sea, aquél donde la diferencia sexual es irrelevante para determinar la subjetividad
La polarización de la postura femenina, corre el riesgo de ser no solamente excluyente del varón, sino convertirse en una situación de poder, por el poder mismo, una forma semejante a la del machismo, sustituyendo un matriarcado, por un matriarcado.
Otro riesgo consiste precisamente en que el deseado avance de la ciencia y la tecnología en biomedicina no de tanto la oportunidad a la mujer de liberarse de la opresión patriarcal, sino más bien le ocasione el riesgo de la cosificación. La liberación de la sexualidad, de la heterosexualidad y de la procreación de la mujer puede convertirse en una falsa emancipación en la que se corre el riesgo de que el cuerpo de la mujer quede reducido a un mero objeto sin significado:
Las técnicas de reproducción asistida, con la posible comercialización de óvulos y maternidad subrogada es prueba de ello.
El hecho es que no somos seres humanos en sentido abstracto, sino concretos y biológicamente con un cuerpo sexuado. Es decir, la diferencia entre masculinidad y feminidad es una realidad biológica y fisiológica indiscutible, objetiva.
LA MUJER EN LA PERSPECTIVA ANTROPOLOGICA PERSONALISTA.
El ser humano posee una dignidad intrínseca. La mujer como ser humano es digna e igual al hombre por naturaleza.
Ser hombre y ser mujer no son accidentes del ser humano, sino que pertenecen inseparablemente a su esencia y por tanto feminidad o masculinidad es consecuencia natural de ser hombre o mujer.
La cultura puede influir al acentuar roles e inducir prejuicios y falsas concepciones, pero la psique tiene raíces en el soma, ya que la forma es un principio sexuante y la materia un principio sexuable.
El papel de la cultura es el descubrir el significado de la naturaleza del hombre y la mujer, dando un sentido humano a sus acciones. Respecto a la teoría de género, hay que reconocer, que es cierto que existen condiciones de inequidad e injusticia entre hombres y mujeres, en base a una construcción social, por lo que la promoción de los Derechos Humanos Universales es imperiosa y para ello se requiere el fomento de una cultura por la igualdad en las diferencias, una cultura propositiva y no destructiva, de sustitución de marcos socioculturales inadecuados mas no y femeninos de negación de realidades.
No puede existir una verdadera equidad para la mujer si no se apoyan las condiciones que protejan la maternidad y la crianza, que son sus características distintivas.
El concepto de querer homologar a la mujer con el hombre es en sí mismo discriminatorio, pues coloca al hombre como único criterio de realidad y anula el carácter personal de la mujer en una premisa que significa: “solo siendo como el hombre tengo valor...”
CONCLUSIÓN.
La mujer y el hombre deben ser reconocidos en su igualdad como especie y en sus diferencias como género, entendido este como una adecuación coherente entre su unidad bio-psico-social y trascendente.
La feminidad es una forma de ser en el mundo, propio de la condición de ser mujer.
El tema de la femineidad desde hace tres décadas ha presentado variados enfoques.
Desde el punto de vista teórico en la condición femenina se presentan tres referencias:
a) El sexo, considerado como base bio-genital.b) La vivencia del proyecto de vida como mujer; o identidad sexualc) La referencia de la ideologización,
El ser humano posee una dignidad intrínseca. La mujer como ser humano es digna e igual al hombre por naturaleza.
Ser hombre y ser mujer no son accidentes del ser humano, sino que pertenecen inseparablemente a su esencia y por tanto feminidad o masculinidad es consecuencia natural de ser hombre o mujer.
La mujer y el hombre deben ser reconocidos en su igualdad como especie y en sus diferencias como género, entendido este como una adecuación coherente entre su unidad bio-psico-social y trascendente.
La feminidad es una forma de ser en el mundo, propio de la condición de ser mujer.
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